Cómo elegir el mejor calzado para tu peque
¿Te has preguntado alguna vez qué tipo de zapato será el mejor para tu peque? Sobretodo en la etapa de bebés o cuando empiezan a caminar es normal que surjan dudas acerca de qué calzado será el más adecuado. Hay zapatitos muy bonitos, pero ¿serán beneficiosos para su edad? ¿O entorpecerán el desarrollo correcto del pie? ¿Cómo elegir el mejor? Todas estas preguntas y algunas más nos las va resolver nuestra invitada de hoy 🙂
Neus Moya es podóloga pediátrica, enfermera y mamá y es experta en podología infantil. En su cuenta de Instagram @neusmoya.podologa nos da consejos y tips, testea calzado infantil y nos ayuda a entender los pies de nuestrxs peques. ¡No os podéis su artículo! Seguro que os ayuda un montón, os lo dejo a continuación:
calzado infantil
Recomendaciones básicas, por Neus Moya
A la hora de escoger un zapato para nuestro peque, a no ser que tengamos conocimientos sobre calzado respetuoso, es probable que elijamos uno con características nada beneficiosas. Puede que en estas fiestas os hayan regalado esos zapatitos tan «monos» o los que están de moda, pero quizá no sean los mas adecuados.
Esta historia creo que se repite en muchas de las casas y por eso hoy, os voy a dar unos tips de lo más importante a la hora de comprar o aceptar unos zapatos a vuestro peque.
1) No debemos poner zapatos a un peque que no camina. No los necesita.
2) Sabemos que nuestro peque ya camina porque es capaz de dar 10 pasos por si solo sin caerse.
3) Los primeros seis meses caminando es ideal seguir poniendo al peque lo menos posible: calcetines antideslizantes, calcetines con suela de silicona o tipo mocs.
4) Una vez ya camina, el zapato debe cumplir unos requisitos básicos para que respeten el movimiento del pie. El pie del bebé es inmaduro, blando, plano y a menudo, valgo (caen hacia adentro). A través del movimiento este pie madurará, se enderezará y cojerá tono y para hacer eso, necesitará un zapato que le permita los movimientos.
5) Siempre que se pueda, es mejor dejar a los peques descalzos pero siempre bajo el lema del “sentido común”. Cuando hay riesgo de clavarse cristales, hacerse heridas o quemarse con colillas o no hay confort térmico, hay que cubrir el pie y protegerlo.
Nuestro peque ya camina… ¿Qué tipo de calzado le pongo?
Cuando un peque empieza a caminar no podemos ponerle cualquier zapato que encontremos en la tienda. El niño pasará por una primera fase de Adquisición de la marcha en la que como bien dice el nombre, se está adquiriendo la marcha. A partir de los 4 años, pasa a madurar la marcha hacia un patrón de marcha adulta.
Si os digo que a un niño de 7 años, que empieza a leer, le damos para hacerlo una novela de adultos, pensaríais que estoy loca. Pero con los zapatos sí se hace y se ponen impedimentos físicos con grosores y rigideces, a un proceso de aprendizaje. Para ello el zapato debe cumplir unos requisitos.
SUELA: debe se fina. De unos 3mm hasta los 4 años para permitir al peque sentir el suelo, sentir todos los estímulos que le ayudaran en la propiocepción y trabajo de equilibrio. A partir de los 4 años, la maduración de la marcha depende más de la longitud de las piernas y no hay tanto trabajo de propiocepción. Con lo cual, este grosor puede llegar a ser de 1 cm. Debe ser flexible por metatarsianos. Hasta los 2 años la marcha de un peque es plantígrada (sin movimiento del pie). A partir de esta edad se empiezan a ver los primeros signos de propulsión y por eso es importante que el zapato lo permita. Una suela rígida, bloqueará el pie.
Debe ser torsionable, para permitir el movimiento del mediopié y adaptarse a las irregularidades del terreno para evitar caídas.
Deber ser dura, es decir, todo lo contrario a “ser una nube”. El niño tiene un pie con mucha grasa plantar que precisamente le da amortiguación, no necesita extra. Además, el calcáneo (elhueso que forma el talón) crece según la ley de Wolf ( a mayor impacto mayor crecimiento) y por tanto, nevesita este impacto. Niños que usan estas suelas amortiguadas desde pequeños, acaban con talones muy estrechos y poco desarrollados.
DROP: es la diferencia de altura entre anterior y posterior, es decir, el tacón. Nunca nunca debe haber drop en un zapato. Cualquier diferencia de altura provocará compensaciones en el niño, cambios de postura, traslación de fuerzas de frenado… Además, con el uso año tras año, da lugar a una retracción de la musculatura posterior.
PUNTERA: esta nunca debe ser puntiaguda. Puede ser anatómica (la preferible siempre) o redondeada siempre y cuando permita el libre movimiento de los dedos. Los dedos deben estar perfectamente alineados con sus metatarsianos para poder hacer una marcha correcta.
Además hay que tener en cuenta que durante el paso el pie se alraga, los dedos se expanden y se aferran al suelo para despegar. Si una puntera no deja hacer esto, está condicionando la marcha y aumentando las probabilidades de tener deformidades digitales.
SISTEMA DE SUJECIÓN: en primer lugar, debe existir. Es decir, debe haber un sistema de sujeción, quedando descartados por tanto, mocasines, manoletinas….
Puede ser elásticos, cordones, velcro mientras sea ajustable, es decir, podemos adaptarlo con facilidad al empeine del niño. Es importante también que fomente la autonomia del niño, por lo tanto, evitar poner cordones mientras no se los sepa atar porque dependerá de un adulto para ello.
PLANTILLA EXTRAÍBLE: a mi me encanta que sea extraíble por mucho motivos. El principal es que nos ayudan a saber si el largo y el ancho del zapato que hemos escogido es el correcto. Solo con poner el pie del peque encima, lo sabremos. También nos va bien para saber si la puntera que vemos externamente, es la real. A veces, externamente se puede ver redondeada y sin embargo, no serlo. La plantilla extraíble nos ayuda mucho a esto.
Nos va genial para sospechar que se le están quedando justos los zapatos, solo tenemos que mirar donde está la marca de los dedos en la plantilla. OJO! Esto es orientativo, siempre debemos comprobarlo porque a veces, simplemente es que el pie se adelanta durante la marcha.
Por último, al ser extraíble, va genial para sacarla y airearla para el día siguiente.
CONTRAFUERTE: hasta los 4 años el contrafuerte debe ser inexistente para poner permitir el libre movimiento de los dedos. A partir de esa edad puede tener cierta consistencia, aunque si no la tiene no pasa nada. El contrafuerte NUNCA debe ser rígido.
CAÑA: la caña puede ser alta o baja (es decir botín o zapato) siempre y cuando no ferulice. Es decir, debe permitir que el niño doble el tobillo con toda la facilidad del mundo. Y cuando el peque es muy peque, evitar los botines si se puede, aunque no ferulicen.
Ahora ya tenéis los conocimientos necesarios y sobretodo, los argumentos por si alguien os regala unos zapatos inadecuados o para cuando el niño, simplemente no los necesita.
¡Espero que os sirva!
Si queréis saber más…
Esperamos que os hayan servido todas estas recomendaciones, si queréis saber más os invitamos a visitar la cuenta de Neus @neusmoya.podologa, todo su contenido es súper interesante y útil, ¡y estamos seguros de que os ayudará mucho! Mil gracias, Neus, por este artículo tan completo, nos ha encantado.
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¡Nos vemos en el próximo Friday’s blog! Un abrazo mágico,
Noe @herbookss